Había una vez en un pequeño pueblo una niña llamada Clara, que a sus 10 años era curiosa y soñadora. Le encantaba explorar los bosques que rodeaban su hogar, inventar historias y dibujar en su cuaderno. Un día, mientras caminaba por el sendero que llevaba al lago, conoció a un joven llamado Lucas, de 18 años, que pasaba su verano trabajando como ayudante en el campamento de la zona.
Lucas era amable, con una sonrisa que iluminaba su