La política monetaria afecta tanto la oferta como la demanda de dinero al influir en las tasas de interés y en la disponibilidad de liquidez. Por ejemplo, cuando se establecen tasas de interés bajas, suele haber un aumento en la circulación de dinero, lo que facilita el acceso a préstamos. Esto puede resultar en un incremento en el gasto y la inversión, lo que a su vez puede beneficiar el empleo y el crecimiento económico.
La influencia