Ana, de 16 años, se encontraba en la cálida luz del atardecer en el parque, sentada sobre la tierna hierba junto a su novio, Javier. La brisa suave acariciaba sus rostros mientras conversaban sobre sus sueños y anhelos.
—Javier, a veces siento que el mundo es tan grande y, al mismo tiempo, tan pequeño —dijo Ana, dejando escapar una risita tímida.
—Lo sé. Pero mientras estemos juntos, siento que podemos enfrentar cualquier cosa