La legítima es una figura jurídica esencial en el derecho sucesorio que garantiza a ciertos herederos, generalmente los descendientes, una porción mínima de la herencia. Su propósito es proteger los derechos de los herederos forzosos, evitando que el testador disponga libremente de todos sus bienes en detrimento de estos herederos. Esta protección busca mantener el equilibrio familiar y asegurar que los bienes se transmitan a los familiares